miércoles, 13 de octubre de 2010

ENSAYO DE: El Monje que vendió su Ferrari

El Monje que vendió su Ferrari
Relata la historia de un abogado  llamado Julián Mantle de cincuenta y tres años de edad, que aparentaba setenta ya que se veía más viejo por todo el estrés, problemas y de mas, el tenia un cuando se encontraba a la mitad de un juzgado en el tribunal, le dio un ataque cardiaco ahí se encontraba derrumbado como un pequeño niño indefenso con el deseo de sobrevivir.

Julián era un hombre duro, dinámico y siempre dispuesto a trabajar dieciocho horas diarias para alcanzar el éxito que según él era su destino.

El era un gran abogado y su forma de trabajar en los tribunales era ya una leyenda.

Egresado de Harvard, y con una gran fortuna, tenía todo lo que un gran abogado pudiera desear.

Julián había escogido como ayudante y para formar un despacho de abogados a un compañero suyo de la universidad con quien había compartido 17 años de su vida, y al cual escogió por su sencillez el tenia el nombre de John.

John esperaba con ansia que Julián se recuperara de ese terrible ataque cardiaco que había sufrido y que se reincorporara a la asamblea de abogados, porque el sabia que ese trabajo era lo suyo. Pronto se recupero pero Julián  no quiso regresar a la empresa ya que tiro la tuya, renunciando libremente ya q sabía muy bien lo que había hecho.

Ya de rato su ayudante John se entero de que Julián había renunciado y se preguntaba  el porqué nunca le comento ni le dijo nada de lo acontecido ya que se había enterado que  había vendido todas sus pertenencias, sus casas, su Ferrari, incluso una isla que tenía a su propiedad y que se había ido, a una expedición a la India, de ahí ya no supo más de su compañero y amigo que habría sido su gran maestro aunque siempre lo recordaba por todas la cosas q compartían, por sus enseñanzas, apoyos, etc.

El propósito de Julián al irse al Himalaya era de pensar, de relajarse y sacar todo el estrés que tenia.  Al ir allá se encontró con un velador al que le dijo q donde podía encontrar a los monjes para que lo ayudaran este le explico y le dijo que todos los que han ido a buscarlos nunca llegan por una u otra razón pero que si el confiaba y estaba seguro de sí mismo lo iba a lograr después de varios días el iba en camino y de repente se encuentra con un monje al que le iba explicando toda su vida, él porque quería ir a ese lugar el punto es que se desenvolvió fácilmente platicándole todo lo que le había sucedido, por todo lo que había pasado y la meta que quería o tenía planeada. Fue cuando él le conto que era uno de los que andaba buscando ya que lo llevó al lugar indicado. Ahí pasaron muchas cosas en la que le dejaron huella ya que había regresado mega diferente a como el era.

Un día John se encontraba en su oficina a punto de irse,  cuando uno de los trabajadores le comunico que alguien lo buscaba con mucha urgencia, al ver la insistencia de este decidió atenderlo y  al abrir la puerta vio a un personaje, de tez bronceada, de cuerpo esbelto y delgado, una sonrisa en la cara que reflejaba salud, tranquilidad y paz interior.

John no pudo reconocer a Julián, tenía completamente otra apariencia y actitud , ya no tenía esa cara abotagada, triste, las acumulaciones de grasa en su cuerpo, lucía completamente diferente se veía como de unos treinta y cinco años más o menos.

Julián entro en el departamento de John y comenzaron a platicar.  El llego platicándole que se había ido a viajar alrededor del mundo para encontrar lo que realmente estaba buscando.

En la India, había conocido a un velador de un monasterio, el cual le dio algunos consejos, pero Julián no se sintió del todo satisfecho, y le preguntó dónde podía encontrar la felicidad. Él le comento de unos monjes que habitaban en lo alto de las montañas Himalaya. Julián le contó que había encontrado a los monjes "sabios de Silvana", de allí aprendió, por medio de técnicas que el yogui Raman le enseño los siguientes fundamentos de una vida autodiciplinada:

Primera Virtud: dominar la mente.

El jardín simboliza la mente. Si cuidas de tu mente, si la nutres y cultivas como si fuera un jardín, florecerá más allá de tus expectativas. La mayoría de las personas llena el jardín de su mente con residuos tóxicos: preocupaciones, ansiedades, nostalgia.     |

Segunda Virtud: ir hacia el propósito.

El faro simboliza el propósito de la vida. El propósito de la vida es una vida con propósito. Definir claramente nuestras prioridades en cada aspecto de la vida jugará un papel parecido al del faro: orientación y refugio ante los malos tiempos.     |

 Tercera Virtud: practicar el kaizen.

El luchador de sumo japonés simboliza el kaizen, es decir, mejorar constantemente. Para mejorar nuestro mundo exterior (salud, relaciones, finanzas, etc.) debemos mejorar nuestro mundo interno: el éxito empieza por dentro.  Esto es hacer lo que nos da miedo.    |

 Cuarta Virtud: vivir con disciplina.

El cable de alambre rosa simboliza el poder de la disciplina. Un cable está formado de muchos y diminutos alambres. Cada uno de estos, por sí solo, es fino y frágil; pero todos juntos suman más que sus partes, de forma que el cable es más. La disciplina se logra  realizando constantemente pequeños actos de coraje. La fuerza de  voluntad es la virtud esencial de una vida realizada.

 Quinta Virtud: respetar el tiempo propio.

El reloj representa el tiempo. El tiempo se nos escurre de las manos como arena. Aprovechar el tiempo sabiamente nos asegurará una vida rica y productiva. El tiempo es un recurso no renovable. Centrarse en las prioridades y mantener el equilibrio.

Es importante planificar el trabajo y aprovechar el tiempo al máximo.    |

 Sexta Virtud: servir desinteresadamente a los demás.

Las rosas amarillas recuerdan el viejo proverbio chino que dice: “La mano que te da unas rosas siempre conserva un poco de la fragancia”. Es decir, cuando trabajamos para mejorar la vida de los demás, indirectamente estamos mejorando la nuestra. Servir desinteresadamente a los demás.    |

 Séptima Virtud: abrazar el presente.

Los diamantes simbolizan el gusto por las cosas más simples y el éxtasis que merecemos. Sólo se vive una vida realmente gratificante cuando logramos “vivir el ahora”: la felicidad es un viaje, no un destino. Podemos tener la vida que merecemos si vivimos cada día como si fuera el ultimo. Abrezar el presente.    |

Aquí termina el libro enseñándonos las siete virtudes, que nos narra a través de sus últimos siete capítulos, las cuales si las ponemos en acción nos ayudaran a tener una mejor vida llena de armonía, amor, y felicidad.

Estos principios importantes nos señala que nosotros somos los arquitectos de nuestra vida, diseñamos nuestro destino día a día con nuestras acciones, pues que no debemos de pensar lo mismo todos los días, ni afanarnos en las preocupaciones, sino vivir el presente al máximo ya que esa será la base de nuestro futuro.

MI COMENTARIO:

Este libro nos ayuda a motivarnos para tener una vida más compleja, desarrollada, y un autocontrol en esta para lograr lo que queremos.

Las enseñanzas que me dejo este libro fueron muy precisas, ya que lo hace hacer muy tedioso.

Me enseño a que debo tener bien definido lo que quiero en la vida, verme como me deseo verme en un futuro , claro, fortaleciendo el lado espiritual, y no solo guiándonos por lo material también es que debo de ser positiva para todas las cosas q hagamos porque con eso se puede lograr equis cosa y vencer esos obstáculos q se nos atraviesan

CONCLUCION:

Primer hay que estar bien con los otros para estar bien con migo mismo .

Aparte de que tenemos q analizar bien las cosas antes de ir a realizarlas. (primero la mente y después la realidad)

Contiene eficaces lecciones para mejorar nuestra manera de vivir.

Para tener una vida más gozosa, así como un método que nos permita liberar todo el potencial  que como jóvenes tenemos, que no dejemos pasar el tiempo, y llegar a una edad avanzada y pensar por que no hice esa pausa y tantos ¿por que? Cuando ahora en este presente podemos  vivir con pasión, determinación y paz, esforzándonos por alcanzar nuestro
s sueños y objetivos sin olvidarnos de los mas importante mi “Yo”.

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